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Los hermanos Hodge

Empresario exitoso y pensador poco convencional, Eddie Hodge habla acerca del nuevo concepto de raleo de bajo impacto de Williston Timber y por qué, en cierta ocasión, él y sus hermanos compraron una máquina única y no probada a un grupo de canadienses.

– Paul Iarocci

En 1992, al costado de una autopista al norte de Florida, se encontraba un camión Mack remolcando un feller buncher de aspecto extraño. Con él había dos hombres preparados con un juego de punzón y matriz, y un martillo de bola; eran un camionero llamado Don Snively y un comerciante llamado Jim Wood. Ambos trabajaban para MacDonald Steel, una planta de fabricación de Cambridge, Ontario.

El gerente de distrito de Tigercat, Don Snively, junto con Eddie Hodge, propietario de Williston Timber y el empleado veterano de MacDonald Steel, Jim Wood que construyeron el prototipo del feller buncher 726.

El gerente de distrito de Tigercat, Don Snively, junto con Eddie Hodge, propietario de Williston Timber y el empleado veterano de MacDonald Steel, Jim Wood que construyeron el prototipo del feller buncher 726.

Los números de serie y el papeleo eran detalles menores que nadie había tomado en cuenta en el apuro por terminar el diseño y la fabricación del prototipo del feller buncher 726 de Tigercat, hasta que se asomó la posibilidad de ir a la cárcel.

Cuando llegó el momento de fabricar el prototipo 726 de Tigercat en 1992, Wood era la opción obvia. Como electricista matriculado, mecánico de maquinaria industrial y mecánico de automóviles, contaba con las habilidades y el talento para resolver las embestidas, las complicaciones y las incertidumbres que sin duda acompañarían al ensamblaje de una nueva máquina, en la esquina trasera de una planta de fabricación de aceros. (Posteriormente Wood capacitó a Tim Koniuch, Curt Martin, Stewart Maurer, Ross MacDonald y Denton Rerrie dado que el programa de fabricación aumentó de uno a 30 por año). Además, Tigercat tuvo la fortuna de contratar al ensamblador Larry Almond que contaba una amplia experiencia técnica con máquinas de construcción y forestales.

El tiempo pasaba y Wood recuerda que el presidente de Tigercat, Tony Iarocci, le preguntó si la máquina estaba lista. “Podemos enviarla ahora o esperar tres semanas más”. Tony dijo: “envíenla mañana”. Se ataron las baterías con cuerdas elásticas a la cubierta protectora inferior.

Snively cargó la máquina y subió al viejo camión Mack que se dirigió a la Expo Southeast en Tifton, Georgia y Wood lo siguió en una camioneta. Trabajaban en la máquina durante las paradas, a la noche. Para cuando llegaron a Georgia, estaba aceptablemente terminada. Luego de la exhibición, ambos, a menudo acompañados por Iarocci y el propietario de la compañía, Ken MacDonald, recorrieron la región sudeste con la máquina.

En 1992, Williston Timber era un cliente importante de Deere. Al recordar la Expo Southeast y a los representantes de Deere que los habían llevado, el copropietario de Williston, Eddie Hodge, dice: “Nos hacían correr por toda la exhibición para llevarnos a ver las máquinas nuevas de Deere y nosotros queríamos pararnos a ver esta máquina Tigercat nueva. El maldito motor estaba puesto al revés… Además, el nombre sonaba bien”.

Poco tiempo después de la exhibición, Eddie y su operador volaron a Luisiana, donde se estaba exhibiendo la máquina, y se encontraron con Iarocci, MacDonald, Snively y Wood. No quedaban muchos árboles en el emplazamiento, pero fueron suficientes. “Cortamos algunas bases de árboles y la hicimos andar sobre algunas colinas; allí encontramos algunos árboles de pie”, explica Eddie. Y luego propuso un mes de prueba.

Eddie recuerda: “Le dije a Tony: ‘si quieres, puedes llevar esto a Florida. Como no la conocemos, tendrás que dejar al mecánico con ella. Si la máquina se mantiene entera por un mes, la compraremos’. Así que ese fue el trato”. La máquina ni siquiera tenía número de serie. A Don lo detiene el Departamento de Tránsito de Florida y ellos nos llaman. Él llama a Canadá y no puede viajar por más o menos medio día. Como saben, los equipos robados se mueven de esa forma, se le borran los números de serie… Ellos son de Canadá; no tienen papeles. Tienen un camión solo con cabina. Todo lo que querían era librarse de esa cosa y regresar a casa”. Para el momento en que Snively dejaba la máquina en lo de Hodge y emprendía el regreso, había estado fuera de su hogar durante cuarenta días.

Un feller buncher extiende su pluma para alcanzar la segunda fila y extraer los árboles sin alterar la plantación y el suelo. Las palmas enanas cubren el suelo del bosque.

El operador puede alcanzar la segunda fila y extraer los árboles sin alterar la plantación ni el suelo.

Establecidos en Williston Florida, Eddie, Johnny y Billy Hodge trabajaron arduamente durante 25 años para construir Williston Timber hasta donde está hoy. Sacaron partido de las cualidades de cada uno. Eddie era el hombre de negocios. Johnny, ingeniero mecánico autodidacta e inventor de equipos forestales especializados. De su hermano menor Eddie dice: “Billy está en el lugar, llevando las cosas a cabo”. Los tres hermanos juntos mantuvieron las operaciones en funcionamiento sin problemas. Desgraciadamente, Johnny murió en un accidente. “La tragedia nos golpeó fuerte el 5 de octubre de 2003, cuando perdimos a Johnny en un accidente horrible con un camión”. Eddie dice: “Perdimos más que un hermano, era un ser querido y mejor amigo. La pérdida de Johnny también golpeó en cuerpo y alma a este negocio”.

Para el registro, el número de serie comenzó en 726001, y mantuvo a Snively y a Wood alejados de mayores roces con la ley. Para encarar cualquier posible pregunta que la compañía financiera pudiera tener con la compra de un prototipo, el número de serie posteriormente se cambió a 7260101, “Como si tuviéramos 101 de ellos”, bromea Eddie. “Cuando llegó ese tractor 101, habrías pensado que la feria del condado vino al pueblo. Vino cada uno de los contratistas forestales del centro de Florida. Algunos lo vieron en la exhibición pero el boca a boca lo difundió rápidamente. Estaban allí mirándolo y querían acercarse”.

El skidder 620 opera de manera eficaz en las hileras de raleo. Las palmas enanas cubren el suelo del bosque y los árboles delinean ambos lados del corredor.

Incluso en 4,60 m (15 ft 10 in) el skidder 620 puede funcionar de manera eficaz en las hileras de raleo.

“Lo recuerdo bien”, interrumpe Wood. “El domingo estaba allí verificando el aceite y lubricando, y había diez hombres que aparecieron para verlo… un domingo”.

Como parte del acuerdo, Wood permaneció junto a la máquina. “Jim tuvo el trabajo más aburrido del mundo”, recuerda Eddie. La máquina estuvo en funcionamiento día tras día sin ningún incidente. “Estuvo sentado en el camión de servicio sin aire acondicionado durante tres semanas. El tractor nunca dejó de funcionar. Estaba allí durante el fin de semana y no tenía nada para hacer. Así continuó durante tres semanas y no tuvimos ningún problema. No había ido a su casa en dos meses. Hablé con Don y Tony y le dijimos que tenía que irse a su casa”.

Ese fue el comienzo de una relación que ha durado catorce años. Williston Timber adquirió el primer modelo del feller buncher 720 y el segundo feller buncher sobre orugas 845. Han adquirido al menos diecisiete máquinas Tigercat con el tiempo, y sumaron decenas de miles de horas en ellas.

Independientemente del funcionamiento de la máquina en el primer mes, la compra fue un gran riesgo para Williston Timber. En ese momento, Tigercat no tenía red de distribuidores. Los repuestos debían solicitarse directamente a Canadá. Eddie y Johnny no tenían idea de si alguna vez se construiría una segunda máquina.

Pero toda esta circunstancia fue en cierto modo alentadora para los hermanos. “Tigercat siempre aparecía con algo distinto. Al igual que nosotros. Si alguien nos dice que una idea no va a funcionar, sabemos que estamos en el camino correcto”, explica Eddie. Además, a los hermanos Hodge les gustaba el hecho de que Tigercat era una compañía nueva y pequeña. Para ellos, la nueva compañía trajo sus propias ventajas únicas. Los gerentes eran accesibles, prácticos y siempre escuchaban al usuario final. Eddie se maravilla de que una vez Ken MacDonald le llevara repuestos en su propio avión y que Iarocci periódicamente se comunicaba con ellos y les llevaba planos del nuevo feller buncher 720 de raleo para que aportaran sus comentarios y sugerencias.

Butch Garvin que manejaba el tractor 101 recuerda: “Esa máquina cortó 36 cargas por día durante el primer año. Cambiamos una junta tórica y no cambiamos ninguna manguera”. Eddie explica que para alcanzar esa producción, la máquina debería cortar 30 cargas durante el día y seis adicionales a la noche.

La 620 utiliza caucho de 1,77 m (70 in) para evitar daños en el suelo incluso después de lluvias fuertes. Un skidder 620 arrastra su garra llena de troncos.

La 620 utiliza caucho de 1,77 m (70 in) para evitar daños en el suelo incluso después de lluvias fuertes.

Posteriormente, realiza un cálculo rápido de lo que la máquina ha producido durante su vida útil. Eddie, que lleva un registro meticuloso, asegura que puede probar que la máquina ha cortado entre 3000 y 3500 toneladas (2720–3175 toneladas métricas) por semana entre 1992 y 2005. Su prudente estimación es alrededor de entre 1,5 y 2 millones de toneladas (1,36–1,8 millones de toneladas métricas) de madera.

Tigercat retiró la máquina después de un año y medio para inspeccionar si presentaba desgaste. Mientras tanto, Williston utilizó una máquina sustituta. Aparte de eso, “Utilizamos la máquina entre 1992 y 2005 sin interrupción con un solo equipo. Nunca hemos tenido una máquina que pudiera cortar madera de muchos tamaños distintos.

El sistema hidráulico funcionaba muy bien. Casi desgastamos las bisagras de la puerta trasera por mostrarle a la gente qué bueno que era el sistema hidráulico. Siempre se podía mantener la mano en las bombas y las mangueras. Si no hay recalentamiento, no habrá ningún desgaste porque significa que nunca tiene fricción. Esto es sentido común”.

Antes de la muerte de Johnny, los hermanos decidieron vender dos de las cinco flotas de tala a empleados de muchos años, aunque todavía operan bajo del nombre de Williston Timber. “Estábamos reduciendo la compañía y queríamos ayudarlos a tener éxito”, explica Eddie.

Las tres flotas restantes emplean a 40 personas, 14 de las cuales son miembros de la familia Hodge. Los otros negocios de los hermanos Hodge incluyen una granja de césped, un molino de viruta que produce lechos para caballos, una mina de arena y un equipo de preparación de terreno que además trabaja como equipo de extinción de incendios forestales cuando surge la necesidad.

Eddie está especialmente orgulloso del molino de viruta que Johnny diseñó y construyó inicialmente como un pasatiempo. Eddie admite rápidamente que durante la construcción del molino, pasaba algunos días pero mayormente intentó mantenerse alejado de la actividad de Johnny. Johnny era brillante desde el punto de vista técnico y Eddie se maravilla de su habilidad para descubrir el funcionamiento interno de casi cualquier cosa. Actualmente, el molino tiene 15 empleados y con frecuencia funciona las 24 horas del día, los 7 días de la semana para proporcionar lechos de alta calidad a las granjas y abastecer los comercios.

Estas flotas de preparación y de tala trabajan principalmente para Plum Creek que adquirió a Georgia Pacific. La relación de Williston con GP y posteriormente con Plum Creek se ha extendido durante 25 años. En 1998, los hermanos utilizaron su equipo de preparación del terreno para ayudar a combatir los devastadores incendios forestales de 1998 y trabajaron 28 días ininterrumpidos. Con frecuencia solo unas pocas horas de sueño separaban los días largos y agotadores.

El fuego causó mucho daño a los pantanos y las lagunas en Florida. Además, Williston Timber estuvo involucrado en el trabajo de recuperación que liberó vegetación nueva y devolvió la vida a las lagunas. La experiencia motivó a Eddie y Johnny a obtener una certificación gubernamental para la ayuda en caso de catástrofes y trabajos de limpieza en caso de huracanes, incendios y otros desastres.

El concepto más reciente de Williston es la flota de raleo de bajo impacto. La idea deriva de una cantidad de realidades que afectan a la industria de la madera de Florida. Florida posee una gran cantidad de tierra lista para el primer raleo. Durante los últimos años, el “Estado del Sol” ha tenido precipitaciones mayores al promedio. Los feller bunchers de ruedas convencionales y los skidders no pueden funcionar en sitios de raleo cuando el suelo está húmedo. Por consiguiente, la lluvia ocasiona la suspensión de las actividades u obliga a las flotas de raleo a buscar sitios más elevados y secos. De cualquier modo, altera la producción del contratista y el flujo de madera a los aserraderos.

La idea de Hodge fue adaptar una de sus flotas de pantanos de madera dura para la realización de la tarea más delicada de raleo en plantaciones de pino. Los expertos de la industria dijeron que la idea no funcionaría. Por supuesto, ese fue el incentivo que Hodge necesitaba para dedicarse a la idea.

Las consideraciones importantes para las aplicaciones de raleo incluyen la extracción de la cantidad y tipo correctos de árboles de la plantación, y evitar el surcado que causa daños a las raíces y evitar daños en las cortezas de los árboles en pie. El objetivo general es minimizar el impacto en la plantación restante y fomentar el crecimiento futuro seguro. El pino del primer raleo generalmente tiene entre 15 y 17 años y una distancia entre filas de 3,65 m (12 ft). Se quita entre el 35 % y el 40 % de la plantación y se utiliza para pulpa o astilla y aserrín.

La flota ha funcionado de manera satisfactoria durante dos meses. El equipo consta de cuatro máquinas Tigercat: Un feller buncher 845 con bases de oruga de garra triple de 915 mm (36 in), un skidder 620 con neumáticos de flotación no agresivos de 1780 mm (70 in) de ancho, un cargador montado en un marco inferior 235 y un cargador de orugas T240. Cada máquina tiene al menos 14 000 horas de funcionamiento.

El 845, que ha registrado aproximadamente 15 000 horas con un solo operador (a Hodge le gusta asociar un operador y una máquina para el largo plazo) corta la quinta fila y luego recoge los árboles en la primera y segunda fila en ambos lados mediante el uso de una pluma para alcanzar la segunda fila con mínimo seguimiento y sin alterar el suelo, el follaje ni los árboles en pie. Con un ancho de 4,9 m (15 ft-10 in), el 620 funciona fácilmente en hileras de 7,3 m (24 ft) donde el 845 deja las gavillas. El promedio de la distancia de arrastre es de entre 402 m y 804 m (un cuarto a media milla). Hodge estima que se requieren dos o tres canchas de acopio para el raleo de una zona forestal de 50 hectáreas (125 acres).

A Phil Parker, gerente de recursos de Plum Creek en Florida, le gusta el sistema de raleo de bajo impacto porque es más versátil en cuanto al momento y el lugar en que se puede operar. Amplía el panorama y proporciona un flujo de madera más constante pero resalta que debe ser una empresa conjunta. “Es un sistema con un costo más elevado, por lo que debe haber participación de los propietarios de las tierras”, explica Parker. “Otra ventaja es que se puede cambiar de inmediato al ciprés con el mismo sistema”.

Hodge afirma que la flota ha podido operar después de hasta 127 mm (5 in) de precipitaciones. La noche anterior a nuestra visita al lugar de trabajo hubo 25 mm (1 in) de lluvia y no hubo indicios de alteración del suelo en la plantación.

Con el sistema de tres máquinas, la flota produce 12 cargas por día para obtener 1500 toneladas (1360 toneladas métricas) por semana. Hodge espera incrementar ese número a 16 cargas y 2000 toneladas (1800 toneladas métricas) con la adición de un segundo modelo 620 anterior y el “tractor 101”. El feller buncher de 30 000 horas cortará hileras cuando lo permita el clima y dejará que siga el 845 para el raleo de las filas adyacentes.

Mientras Eddie evalúa una zona de pinos recientemente trabajada que parece que prácticamente no fue tocada por el equipo mecánico de cosecha, gira hacia mí y dice: “Lo que intentamos hacer aquí es continuar un legado. Johnny era el mejor que hayas conocido. Tenemos la responsabilidad de continuar esas cualidades y esa determinación. El mejor que hayas conocido”.