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Prosperidad en El Dorado

J&R ha pasado de ser un pequeño negocio a un productor a gran escala en California. Además de la cosecha y el transporte, la compañía se ha orientado a la preparación del sitio posterior a la cosecha y a la construcción de carreteras. Robert D’Agostini hijo y Saul Jimenez nos dan un recorrido por las operaciones.

— Jorge Victoria

“Recuerdo cuando tuve mi primer viaje en un camión de troncos en septiembre de 1979. Tenía cinco años, iba parado en el medio, mi hermano en el asiento del pasajero y mi padre manejando. Ese es mi primer recuerdo de la industria. Me gradué de octavo grado un viernes y el lunes mi papá me llevó al bosque y me dijo: ‘Ahora te toca trabajar’. Ganaba dos dólares la hora y tenía mucho dinero para chicles para un estudiante de primer año de la secundaria. Así es como comencé”.

Conozca a Robert D’Agostini hijo, presidente y CEO de J&R Logging, con sede en Mt. Aukum, California. Robert padre y John Jacino fundaron la compañía en 1979. Ambos tenían experiencia previa en el sector. John era un ejecutivo en Wetsel Oviatt Lumber Co. “Mi padre trabajó conduciendo un camión de troncos cuando se graduó de la secundaria”, explica Robert. “John y mi papá aún son mejores amigos. Ahora ambos tienen ochenta y tantos años, y son como hermanos”.

La compañía comenzó como transportista de troncos por contrato y luego hizo una transición a las operaciones de cosecha forestal en 1989. A medida que Robert hijo creció, empezó a operar equipo, por lo que se volvió más valioso para la operación. “Mi padre dejó en claro que tenía que aprender todo como un trabajo normal. Tuve que operar todas las máquinas como un trabajo. No era solo subirme a una por un día. Pero me gustó cargar los camiones de troncos, así que terminé cargando camiones para mi papá durante unos dieciocho años”.
En 2003, Robert hijo compró la parte de John. En ese momento, J&R estaba trabajando para Wetsel Oviatt Lumber, un pequeño aserradero familiar en el condado de El Dorado. En 2005, Sierra Pacific compró a Wetsel Oviatt. “Antes de trabajar para Sierra Pacific, era una pequeña operación de cosecha forestal familiar. Y una vez que empezamos a trabajar para Sierra Pacific, surgió la oportunidad para prosperar”, explica Robert.

Desde entonces, J&R ha construido una relación estrecha y duradera con Sierra Pacific. La compañía posee y gestiona más de 97 000 ha (2,4 millones de acres) de tierras para cosecha forestal en California, Oregón y Washington, y es uno de los mayores productores de madera de EE. UU. J&R está entre los más grandes productores de la compañía. “Sierra Pacific es una gran compañía familiar”, dice Robert. “Tratan bien a las personas y tienden a tener buenos resultados”.
Actualmente, J&R opera tres flotas de cosecha forestal mecánica y una operación de cosecha asistida por cable. “Hacemos preparación del sitio para Sierra Pacific, que recibe las unidades cosechadas listas para volver a plantar. La hacemos con máquinas trituradoras. Y tenemos una operación de construcción de carreteras, así como siete camiones de troncos”. Todo esto se logra con unos 40 empleados. El volumen anual se estima en 118 000 m³ (50 millones de pies de tablero) de madera cosechada, aproximadamente 500-600 ha (1200-1500 acres) de preparación del sitio posterior a la cosecha, y 160 km (100 millas) de carreteras construidas o reconstruidas.

El padre de Robert aún participa en la compañía como presidente de la junta de directores. Robert también le da crédito a su madre, Leedy, como fundamental para el éxito de la compañía. “Es banquera de oficio y ha inculcado en todos nosotros los aspectos comerciales de dirigir una compañía. Aparece en cualquier momento y realiza las preguntas difíciles, que es lo que en ocasiones necesitas”.
El hermano de Rober, Mike, es director y gerente del transporte de camiones. Saul Jimenez, socio y vicepresidente, gestiona las operaciones de cosecha. “Saul y yo en cierto punto crecimos juntos en la compañía”, dice Robert. “Básicamente, dirige las operaciones diarias. Es un genio en cuanto a los tiempos y los movimientos”.

“He estado con J&R durante casi 23 años”, comenta Saul, que comenzó como operador de desrame. “Luego, operé un procesador. Después de unos años, tuve la oportunidad de invertir en la compañía y ha sido grandioso”. Saul planifica, organiza y ejecuta las operaciones, y gestiona las relaciones con los propietarios de las tierras.

La pregunta candente

La región de Sierra Nevada tiene cinco especies comerciales importantes que se utilizan para fabricar diversos productos: pino ponderosa, pino de azúcar, libocedro, abeto blanco y abeto de Douglas. El hecho de que los contratistas y los aserraderos no dependan de una sola especie hace que la región sea reacia a la dinámica negativa del mercado.

La resiliencia ecológica es otro tema. Si hay un problema que afecta a todos y a todo lo demás en Sierra Nevada, es el fuego. Con alrededor de dos millones de acres (800 000 ha) que se queman cada año, existen motivos de preocupación en cuanto a qué tan sostenible es el recurso. “Si comienzas a hacer cuentas, no pasará mucho tiempo antes de que cada acre de nuestros círculos de corte se queme”, dice Robert. “Hay personas mucho más inteligentes que yo que dicen: ‘No, no va a ser un problema importante. El producto va a volver a crecer’. Pero me temo que el gran propietario de tierras, que es el gobierno federal, no va a replantar ni a reforestar de manera oportuna”.
Según Robert, hay más madera en pie en California que en Oregón y Washington juntos. Lo que falta es la voluntad política y la infraestructura industrial para gestionarla. Los bosques tienen un exceso de árboles y como resultado, se están quemando.

Visitamos una operación de J&R en el condado de El Dorado, contratada por un socio del Servicio Forestal de los Estados Unidos, el Great Basin Institute. El equipo estaba despejando 500 ft a ambos lados de una serie de caminos forestales de nivel alto. Durante dos meses, el incendio Caldor ardió por esta zona en 2021, donde destruyó más de 1000 estructuras residenciales y comerciales. Las personas viven aquí. “Actualmente, estamos haciendo un retiro de emergencia de árboles”, explica Saul. “Esto se hace por motivos de seguridad para que los árboles quemados no caigan sobre la carretera”. El tratamiento proporciona un ingreso y egreso despejado sin peligro debido al fuego o al material que cae en caso de otro incendio catastrófico.


MIS OPERADORES ME COMENTAN QUE PREFIEREN OPERAR TIGERCAT. DICEN QUE LOS TIGERCATS TIENEN MEJOR CONTROL Y CONDUCCIÓN.


— Saul Jimenez


La cosecha de rescate, el retiro de emergencia, los cortafuegos y la reducción de carga de combustibles están aportando una carga de trabajo significativa a los contratistas de California, como J&R, a corto plazo, pero ¿qué sucede a largo plazo? “Esa es una gran pregunta para nuestra compañía”, dice Robert. “Tenemos otra generación que se está incorporando a esta compañía que realmente quiere verla a largo plazo. Hemos estado en el negocio durante más de 40 años y quiero ver otros 40 años más. Pero confío que habrá algún tipo de trabajo para hacer en el bosque y cubriremos ese nicho”.

Reinventar la recolección

Desde que Bejac eligió la línea de Tigercat en California en 2020, J&R ha comprado dos skidders 620H, un harvester LH855E, un shovel logger LS855E y un feller buncher LX830E. Hasta aquí, los comentarios de los operadores son positivos y Bejac ha brindado bien el soporte a las máquinas. De acuerdo con Saul: “Mis operadores me comentan que prefieren operar Tigercat. Dicen que los Tigercats tienen mejor control y conducción. Se cansan menos. Como propietario, me gusta escuchar eso de mis empleados. Si ellos están felices, yo lo estoy. Si están contentos con el equipo y menos cansados, son más productivos”.

Otra de las compras de Tigercat recientes de J&R es un modelo relativamente nuevo, la torre de madereo 180. Cuando anteriormente trabajaba con una torre de madereo convencional y un equipo de ocho hombres, J&R podía contabilizar de seis a ocho cargas por día desde el sitio de recolección. Las personas que componían el equipo dependían mucho unas de otras. “Si un muchacho no aparecía, todo comenzaba a desmoronarse bastante rápido”, dice Robert.

Desde la adquisición de la 180, la compañía ha rediseñado completamente la operación. La clave ha sido separar, ya sea en tiempo o proximidad, las operaciones de corte, recolección y carga. “Y, en ocasiones, la operación de recolección se puede sacar de la operación de fabricación de troncos, que es el procesamiento, y que aleja a unos de otros. Es mucho más seguro”, dice Robert.

Con la torre de madereo convencional, en la compañía solían ver un montón de pequeñas lesionas mayormente relacionadas con la sujeción de troncos. “Muñecas, tobillos, dedos y todo ese tipo de lesiones que van sumando”, dice Robert. “Y de vez en cuando, un accidente realmente grave, que ninguno de nosotros le gusta ver. Ahora, hay una probabilidad muy baja de que suceda algún accidente grave en comparación con el método anterior”.
Además de las ventajas en seguridad evidentes, el tamaño del equipo se ha reducido de ocho a cuatro hombres. Y para agregar una ventaja más, la compañía disfruta un impulso sustancial en la producción, que ahora varía entre diez y doce cargas diarias.

Ha habido mucho interés local en la 180 y los visitantes del sitio se han quedado impresionados con la máquina y sorprendidos de lo silenciosa e intuitiva que es para operar. “Es la tecnología del siglo XXI la que hemos estado necesitando en este sector durante años”, comenta Robert. “Es versátil, es ágil, es potente. Hace más o menos un mes atrás nos visitó un grupo de muchachos, jefes de la industria. Estaban parados en la cabina observando a un joven mirar una pantalla de video. Nadie comentó ningún error. Las funciones son muy fáciles, lo que no sucede en una torre de madereo convencional. Poder mover cada tambor de forma independiente uno de otro es un punto de inflexión para la cosecha asistida por cable”.

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